Una piel dura cubierta en escamas, una sonrisa perfilada por afilados colmillos, y una mirada viperina que hace a uno cuestionar si de verdad alberga alma alguna. ¿Máquinas creadas para la guerra o víctimas de una autoridad venenosa? Pocas razas son más controvertidas que la de los temibles dracónidos.
Gran Maestro Euphemius
Los dracónidos cuentan en sus leyendas la historia del monstruoso Kenno Krakö; el mitológico Rey Dragón y fundador de la antigua Dinastía de Phyrus. Krakö creó una magia que le permitió otorgar a su aliento un cuerpo y una voluntad propia. Pocos en número, aquellos serían los primeros dracónidos, siervos de sus órdenes, creados para vivir y morir en su honor. Tras la muerte de Krakö, Tiamat heredaría el secreto de su padre, creando ejércitos masivos a partir de su aliento y usándolos para expandir su control sobre el disco terrenal.
Auryth, un dracónido y antiguo miembro de la corte de la Emperatriz Dragón, traicionaría a su creadora y otorgaría el secreto al resto de los dragones. Desde entonces, la leyenda explica que los dragones más poderosos se entregaron a la vanidosa tarea de crear súbditos, hasta que la plaga inundó Eunerunne y el secreto fué olvidado.
En otros tiempos, eran numerosos y su presencia presagiaba el dominio cercano de un dragón. En la actualidad, sus numeros son más reducidos, pero no por ello menos temidos.
Se piensa que antiguamente los dracónidos existían en formas muy diversas, de acuerdo con el deseo de su creador; desde pequeñas sierpes hasta lagartos colosales. La veracidad de estas afirmaciones es desconocida, pero la realidad es que en el presente los dracónidos tienden a poseer características fáciles de discernir: figuras humanoides, envueltos en dura piel y dotados de peligrosas garras y colmillos, sus facciones reptilianas les delatan. Sus huesos son rígidos y densos, de una dureza similar al acero, sus mandibulas son capaces de perforar el metal y sus escamas les permiten obviar muchos riesgos.
Al igual que sus creadores, los dracónidos están fuertemente relacionados con el disco terrenal, haciéndoles resistentes a las influencias de los planos exteriores, pero esto les dificulta el uso del éter. Por ende se conocen pocos arcanistas dracónidos.
Si en el momento de morir tuvieran aquella intención, los dracónidos pueden intentar reencarnarse. Durante los días siguientes a su muerte se comienza a formar una membrana alrededor de su corazón hasta que esta se endurece, formando un huevo en el interior de su pecho. Tres años mas tarde, el huevo eclosionaría, el nuevo dracónido conservaría el espíritu de su predecesor, junto con algunos de sus recuerdos y emociones más intensas.
Piel Dura: +1 AC Bonus.
Armas Naturales: Los ataques sin arma hacen 1d6+STR.
Hijos Del Plano Material: +1 a las tiradas de salvación contra hechizos y efectos mágicos. -2 cantrips conocidos.
Históricamente, los dracónidos han vivido en torno a las colmenas, organizadas bajo el patronazgo de poderosos dragones. Pero tras la muerte del Rey Dragón Azamut, muy pocos son los dragones que continúan manteniendo una colmena, pero aquellos que aún mantienen la milenaria lealtad son capaces de invocar el aliento de sus señores. Sin embargo, la mayoría de los dracónidos han renegado al servicio de los dragones, vagando sobre la tierra como mercenarios, integrándose en las grandes ciudades de Poniente o creando sus propias comunidades, lejos del recelo del resto de los mortales.
Poseedores del poderoso hálito, los Kyther continúan cumpliendo con el pacto ancestral, en absoluta dedicación a sus creadores o sus descendientes. La mayoría residen en las remotas colmenas, conspirando su veganza contra los humanos, pero unos pocos se aventuran lejos de la seguridad de las murallas, cumpliendo con algún misterioso propósito.
Los Kyther valoran la lealtad con la mas alta estima, y miden la valía de sus miembros por sus contribuciones a la causa. Veneran a los dragones como verdaderos dioses y consagran sus rituales con los nombres de sus señores. El martirio es, en la sociedad de los Kyther, la mayor virtud. Y la traición, el mayor pecado.
El Hálito Verdadero: El aliento de los Kyther no puede ser resistido.
Causa Absoluta: +2 a las tiradas para resistir el miedo. -1 a las tiradas de persuasión.
Razas Recomendadas
Dragonborn Fizban's Treasury of Dragons (p.10-12)
Aquellos que han abandonado a sus señores y renegado del pacto con el que fueron creados son conocidos como los Yuther. Eternos traidores, el precio que han pagado por la libertad es el de ser extranjeros en todas las tierras. Aquellos que han hecho de su vida vagar por los cuatro continentes han demostrado su capacidad de vivir en los margenes de la civilización y una gran resistencia a los elementos.
Pero entre la tiranía de los dragones y el desprecio de los mortales, los siervos de Fyrzasat eligieron una tercera opción. En una revelión sangrienta, los dracónidos se alzaron contra su señora, y exiliaron a la Dragón de Bronze y Fuego, obteniendo la libertad y una tierra a la que llamar hogar. De aquella manera se fundó Farzavís, la primera nación de los Yuther. En el presente, Farzavís se haya dividida en las dos regencias de Merevís y Farsaús.
Los Yuther de Farzavís forman un pueblo muy cohesionado, donde los principios comunales rigen la vida en sociedad. El mayor crimen es el de atentar contra la vida de otro dracónido, y es por ello que incluso durante la actual crisis de la regencia, la guerra civil nunca ha sido una opción.
Vida en la Intemperie: Resistencia al daño de frío.
Pacíficos pero no Pacifistas: +1 a las tiradas de persuasión e intimidación.
Razas Recomendadas
Kobold Mordenkainen Presents: Monsters of the Multiverse (p.25)
Lizardfolk Mordenkainen Presents: Monsters of the Multiverse (p.26)